Cuando se trata el TDAH, el paciente es el único que sabe cómo se siente ese medicamento. Los efectos secundarios son internos, invisibles y pueden ser incómodos. Por supuesto, si el niño es pequeño, los padres también pueden determinar cómo funciona un medicamento a través del desempeño y el comportamiento de su hijo.
La medicación siempre es un proceso de prueba y error, especialmente con TDAH. Cuando encuentre el medicamento adecuado, lo mejor es controlarlo hasta que no funcione o si los efectos secundarios son demasiado desagradables. Encontrar el medicamento y la dosis correctos no es fácil. Por eso es de suma importancia tener una excelente relación médico / paciente.
Esta situación suena como una falta de comunicación entre el médico y el paciente. El paciente tiene que explicar cómo está funcionando la droga; si hay efectos secundarios, y cuando un medicamento deja de funcionar.
Creo que tu hijo sabe mejor. Él tiene que comunicar sus sentimientos al médico que prescribe.