Técnicamente, muchos cánceres ya son “curables” en el sentido de que el tratamiento elimina el tejido anormal. Los ejemplos incluyen tumores de células escamosas como cáncer de piel, leucemia infantil y extirpación colonoscópica de pólipos de colon maligno. Sin embargo, a pesar de estos éxitos, muchos cánceres son difíciles de eliminar, ya sea porque están demasiado diseminados en el momento del descubrimiento como para permitir la eliminación completa o porque se repiten a pesar de los esfuerzos para prevenirlo.
El verdadero secreto para la eliminación del cáncer no está en eliminar o suprimir el crecimiento anormal de células particulares, sino en comprender qué defecto o falla permitió que el crecimiento de las células se descontrolara. En otras palabras, las células están “programadas” para crecer y dividirse, tanto en el desarrollo normal como para el reemplazo de las células perdidas o senescentes. Este crecimiento normalmente es administrado y controlado por varios mecanismos, pero cuando uno o más de ellos falla o es anulado, lo que llamamos cáncer puede desarrollarse. La restauración de los controles originales del cuerpo (o el descubrimiento de una alternativa efectiva y segura) limitaría el crecimiento del tumor y evitaría la recurrencia (o metástasis).
Imagine una bañera con un grifo programable (grifo) que está configurado para dispensar tanto una cantidad limitada de agua como a una temperatura particular, al manipular la entrada de las líneas de agua fría y caliente. Normalmente, el agua fluye a una velocidad controlada, hasta un nivel particular (tal vez determinado por un sensor), a una temperatura específica. Debido a la evaporación o a una fuga lenta, el flujo de agua puede continuar pero a un ritmo reducido o intermitente. El cáncer es una tina desbordante, tal vez con el agua demasiado fría o demasiado caliente, y la mayoría de los tratamientos para el cáncer se asemejan a achicar el exceso de agua o tratar de tapar el grifo. Para “curar” la bañera, sería necesario comprender y corregir lo que salió mal en primer lugar: drenaje obstruido, sensor de nivel de agua fallido, sensor de temperatura defectuoso, válvula de cierre rota o una combinación de estos.