Nerviosismo. Agitación. Aumento de la ansiedad y, a veces, provoca un ataque de pánico. Temblores. Presión sanguínea elevada. Locuacidad. Disminución del apetito
En general, no recomiendo tomar estimulantes si no tienes TDAH. Puede ser muy contraproducente (es decir, aumentar su nivel de ansiedad).