He planeado ser médico desde los 3 años. ¿Por qué? Quién sabe. Nadie en mi familia está en el campo médico. A lo largo de los años he escuchado muchas advertencias ominosas sobre los problemas que enfrentaría como mujer en este campo. Me advirtieron que no tendría tiempo para mi familia. Me advirtieron que las enfermeras me tratarían mal en comparación con mis colegas masculinos. Me advirtieron que las doctoras eran demasiado malas para llevarse bien entre ellas. Me advirtieron que los médicos varones no me tomarían en serio.
En general, he encontrado que la mayoría de estas advertencias son exageradas.
La preocupación más precisa es la del tiempo. Trabajará al menos 80 horas a la semana en residencia, durante 3-7 años, dependiendo de la especialidad que elija. Ese compromiso de tiempo es difícil para todos, hombres y mujeres, y especialmente para cualquier persona con una familia durante ese tiempo. Esperé hasta el final de mi residencia antes de tener mi primer hijo, por este motivo.
De lo contrario, siempre me he llevado bien con enfermeras y otros profesionales de la salud. Tengo una amplia base de referencias compuesta principalmente de médicos varones, ya que la comunidad en la que practico es 80% masculina.
Seguro, a veces me confunden con una enfermera y, sinceramente, ¿a quién le importa realmente? El principal problema con el que me enfrento es que, a pesar de tener 36 años, habitualmente me informan que no tengo más de 22 años. Me preguntan al menos una vez al día qué edad tengo y dudo que les suceda a mis colegas masculinos. Eso no es un problema para mis pacientes de larga data con quienes tengo una relación establecida, pero puedo decir que la gente se muestra un poco recelosa cuando los conozco por primera vez en urgencias, y luego les informo que tendré que tomarlos. ellos para una cirugía de emergencia.
Como doctora, realmente tengo un gran control de mi tiempo y estilo de vida. Puedo modificar mi agenda de manera certera, de modo que pueda trabajar con menos frecuencia o menos horas. Por supuesto, vería eso reflejado en mis ganancias, pero es mi decisión tomarlo.
Al final de mi día, a menudo puedo reflexionar que pude mejorar la vida de un paciente, y con cierta regularidad, incluso salvarla. Tengo la bendición de tener un llamado desde el cual puedo tener experiencias tan significativas.