Además de estudiar patología en la escuela de medicina, hice una beca de dermatopatología después de la residencia en dermatología. Como parte de la confraternidad, pasé seis meses en patología anatómica, estudiando la patología macroscópica y microscópica de todos los demás órganos.
La piel es fascinante. Puede ver la representación de enfermedades de todos los otros órganos, tanto clínica como histológicamente en la piel. Estudiar patología abre perspectivas para comprender la enfermedad en todos los niveles. Siempre me ha parecido fascinante y siempre he sentido que si dedico otras 48-72 horas al día para estudiar patología, tal vez solo lo aprenda al nivel que me gustaría.
Y es un campo (muchos campos) que está creciendo a pasos agigantados. Es visual y, sí, a veces demasiado olfativa, como en el laboratorio de anatomía, pero es un amor verdadero mío y me ha convertido en un mejor clínico.