Las hernias inguinales son defectos anatómicos que deben abordarse quirúrgicamente. La dieta no tiene un efecto causal directo. Pero existen factores agravantes que pueden empeorar o conducir a la encarcelación de la hernia. Una mayor presión intraabdominal relacionada con una mayor cantidad de grasa intraabdominal (en el epiplón o el mesenterio) puede aumentar la posibilidad de que el contenido intraabdominal presione un músculo abdominal bajo y débil. Incluso el mero aumento de peso puede, por gravedad, afectar una hernia. Por lo tanto, la obesidad y la dieta alta en grasas pueden estar relacionadas indirectamente. El agrandamiento de la próstata sin corregir con síntomas del tracto urinario inferior, como forzar o empujar durante la micción, puede agravarlo. Por lo tanto, los síntomas de próstata deben corregirse. No es la próstata agrandada en sí, sino los síntomas que crea que afectan o empeoran una hernia.