La mayoría de las personas que hablan de un “ataque al corazón” que mata a personas están hablando de esto.
Médicamente, lo llamamos paro cardíaco, fibrilación ventricular o actividad eléctrica sin pulso / taquicardia ventricular sin pulso.
El corazón late porque tiene combustible para alimentar las contracciones de los músculos (oxígeno y moléculas ricas en energía), el rango de temperatura correcto para que operen las complicadas máquinas moleculares, y una señal eléctrica coordinada que mantiene el ritmo.
Interrumpa cualquiera de esas cosas, y el corazón se detendrá. Usualmente son las eléctricas las que van primero, son nerviosas por naturaleza. Cuando la señal eléctrica se descoordina, el latido del corazón cambia de algo así como un buen equipo de remo de tripulación a un grupo de niños de 9 años chapoteando entre sí.
El bote deja de avanzar.
Dado que el corazón depende de sus propios latidos para abastecerse de oxígeno, esta situación empeora rápidamente, se agota el oxígeno y se produce la muerte del tejido.