¿Por qué siento dolor en mi hombro y espalda?

El dolor de cuello puede tratarse de autodevaluación moral o autodevaluación intelectual.

Por ejemplo, si algo fue injusto o injusto. O, por ejemplo, cuando era un niño en la escuela, si un maestro llamaba estúpido a un niño o se sentaba en su casa a la mesa del comedor tratando de hacer la tarea, un padre llamaba estúpido a un niño, ya esa tierna edad que se internalizaba, se puede expresar en el cuello

Hombros: asumimos la responsabilidad. Llevamos el peso del mundo sobre nuestros hombros.

Dependiendo de si su dolor de hombro está en su lado dominante de su cuerpo (energía masculina) o lado no dominante (energía femenina) revelará si la responsabilidad / carga tiene que ver con

figuras femeninas en su vida: mamá / tía / abuela, o hogar / nido / niños con problemas relacionados con el cuidado, apoyo y crianza, o la falta de eso, o

figuras masculinas en su vida: papá / tío / abuelo, trabajo, socio en los negocios o románticamente, compañeros con problemas relacionados con la dominación, el mando, asertivo o la falta de ellos.

P.ej. si estuvieras cuidando a una tía o madre anciana y percibieras que es una carga a veces, asumir esa responsabilidad se expresaría en tu lado no dominante, que puede ser tu lado izquierdo o derecho de tu cuerpo.

Lo anterior se basa en un enfoque Meta-Salud para la salud, que considera el cuerpo como un sistema completo, sin ver un síntoma en forma aislada.

Hay muchas razones para el dolor de hombro y espalda. Puede ser algo simple (como una contractura muscular, que se cura fácilmente con sesiones de masaje adecuadas, o inflamación) o algo más complejo (como una ruptura). No es correcto suponer un diagnóstico sin tener una evaluación adecuada. Si tiene dolor, busque un profesional de la salud con licencia (los médicos pueden proporcionarle exámenes para determinar exactamente por qué tiene dolor, recetarle cualquier medicamento que necesite y terapeutas físicos y ocupacionales pueden evaluar el impacto que tiene en su salud). vida y ofrecerle un plan terapéutico para contrarrestar su dolor y permitirle rehabilitarse).

Para su mejor interés, es mejor nunca intentar el autodiagnóstico. Puede (y eso podría ser muy útil) pensar en su rutina y qué desencadenó ese dolor para que pueda ayudar a su médico y a los profesionales de la salud a llegar a un diagnóstico.