¿Es posible rediseñar nuestros sistemas metabólicos para evitar enfermedades de estilo de vida?

La mejor forma de adaptar el cuerpo humano es comer bien y mantenerse en forma; no de la otra manera. La mejor manera de evitar la diabetes tipo 2, por ejemplo, es ejercitar y suspender los carbohidratos.

En cuanto a usar la ciencia para modificar el cuerpo y adaptarlo a los hábitos alimenticios, además de ser una mala idea, estamos muy lejos de comprender qué se necesita y qué se puede hacer. Por ejemplo, el metabolismo energético es extremadamente complejo. Hay docenas de citocinas y hormonas que afectan directa e indirectamente el metabolismo de la glucosa solo. Existen redes similares para regular la grasa y la proteína (ambas son fuentes de energía). Las proteínas que hacen una cosa con el metabolismo de la glucosa, hacen otra cosa (no necesariamente lo opuesto) a otros sistemas. Para empeorar las cosas, los tres sistemas (glucosa, grasa y proteína) están interrelacionados. Eso es solo para reguladores basados ​​en proteínas. Encima de eso están la saciedad y otros centros cerebrales que regulan el hambre, las emociones, etc., que desempeñan un papel en la conducta alimentaria. Conceptos similares se aplican a la modificación de otros órganos o tejidos (por ejemplo, el corazón para lípidos en enfermedades vasculares, el hígado para el consumo de alcohol, etc.).

Preferiría que rediseñamos nuestras normas sociales, tradiciones alimentarias, lugares de trabajo y escuelas para satisfacer mejor nuestras necesidades metabólicas. En la era de las computadoras livianas e inalámbricas, nadie necesita sentarse todo el día en un escritorio. Los niños aprenden mejor si pasan un porcentaje sustancial de cada día corriendo. El gobierno de los EE. UU. No necesita subsidiar las industrias de la carne y el maíz (bueno, lo hace por razones políticas, pero usted sabe a qué me refiero). Las personas pueden aprender a cocinar, comer más despacio y nunca comer solo. Podemos tener leyes de zonificación que desaconsejen la expansión de los extrarradios y alentar a las comunidades transitables con muchos parques y espacios verdes. Modificar nuestras normas culturales y políticas gubernamentales es un trabajo duro, pero mucho más fácil que modificar nuestros metabolismos, y mejor para nosotros (y el planeta) a largo plazo.