La colitis ulcerosa (CU) no tratada puede causar diarrea, dolor abdominal y hemorragia rectal. Si es lo suficientemente grave, el sangrado puede causar anemia marcada, fatiga extrema y dificultad para respirar con actividad. Los nutrientes se absorben en el intestino delgado. Debido a que el intestino delgado no se ve afectado por la CU, la malabsorción y las deficiencias vitamínicas son raras. La diarrea copiosa puede causar deshidratación también.
Hay otros síntomas (menos comunes) de CU que ocurren fuera del intestino grueso. Los pacientes de UC pueden tener una artritis inflamatoria que afecta sus articulaciones. En raras ocasiones, se observan afecciones de la piel, pero esto ocurre más a menudo en la enfermedad de Crohn que en la UC.
Si la CU no responde a los medicamentos, o si es muy grave, es posible que los pacientes tengan que extirparse todo su intestino grueso. Si bien esto puede parecer drástico, cura la enfermedad.
