Hay al menos un informe de un caso de un hombre que murió después de “romperse” el cuello y romperlo accidentalmente, según el Seattle Times en 1996.
Movimientos rápidos, espasmódicos o contundentes, complementados con un torque adicional de un brazo o mano, sin duda pondrían a una persona en mayor riesgo que simplemente girar la cabeza al punto máximo posible en su rango de movimiento. Es por eso que los proveedores médicos no recomiendan este tipo de maniobras rápidas y contundentes.
Las personas con enfermedades que debilitan los huesos, como los osificados (“enfermedad de los huesos quebradizos”), los tumores que afectan a los cuerpos vertebrales cervicales o la osteoporosis grave, corren el mayor riesgo de sufrir una fractura espontánea en el cuello al asentir o girar la cabeza. En general, se advertirá a dichos individuos de cualquier riesgo conocido y se tomarán medidas preventivas para evitar una fractura.