Gracias por el A2A. La respuesta de Liang-Hai Sie es correcta y útil en mi opinión. Agregaría las siguientes preguntas: ¿para quién y de qué manera? Los inhibidores de la ECA, incluido el lisinopril, son muy seguros en la población general, con una eficacia razonable y pocos efectos secundarios graves. También son muy similares en los efectos clínicos, hasta el punto de que no es probable que exista una diferencia relevante entre ellos. Sin embargo, como dijo Paracelso una vez, “todas las cosas son veneno y nada es sin veneno”.
Como con todas las drogas, el lisinopril tiene efectos secundarios leves, como una tos molesta pero no generalmente dañina y efectos secundarios potencialmente graves, el principal de ellos es el angioedema, una hinchazón potencialmente fatal de la cara, los labios y la lengua. Aunque es raro en la población general y casi nunca lo veo en la práctica, si tiene antecedentes personales o hereditarios, o un factor de riesgo adquirido para el angioedema, entonces el lisinopril sería menos seguro que otras clases de medicamentos. El otro efecto secundario potencialmente grave de lisinopril es que tiende a elevar los niveles de potasio. El alto nivel de potasio o hipercalemia puede ser fatal si es grave y no se trata. Algunas personas son más susceptibles que otras, y numerosas drogas que incluyen diuréticos ahorradores de potasio (píldoras de agua) o el antibiótico Bactrim también pueden aumentar el potasio.
Como se ha mencionado, existen muchos otros medicamentos para la hipertensión, algunos de los cuales son, como el lisinopril, bastante seguros en la población general. Pero más información y los factores e inquietudes específicos del paciente nos permitirían dar una respuesta más precisa y completa, incluyendo qué alternativas recomendar en casos específicos.