Por desgracia, la hepatitis C puede transmitirse de padres a hijos: es mucho más transmisible que la mayoría de los otros virus transmitidos por la sangre, pero la sangre sigue siendo el vector más común: una afeitadora o cepillo de dientes usados se consideran posibles riesgos de transmisión.
La transmisión materno-infantil es posible.
Dado que el contacto cotidiano con otro miembro de la familia ha estado fuertemente implicado en la transmisión del virus, es obvio que la transmisión de uno a otro es posible incluso si se considera poco frecuente.
Y también es deplorable que todavía haya algunos factores de riesgo no identificados.
La investigación para una vacuna es muy activa, pero no conozco ninguna vacuna aprobada por la FDA hasta el día de hoy.