La diabetes tipo 1 es el resultado de una reacción autoinmune de tipo reumatoide en la que el propio cuerpo ataca y destruye las células beta del páncreas. Estas son las células que normalmente producen insulina. El tipo 1 es una enfermedad en la cual el paciente en un tiempo relativamente corto no tiene producción de insulina.
Referencia: en 3 semanas, el 71% de los diabéticos tipo 2 fueron tomados de la medicación
Todos los pacientes con diabetes tipo 1 también pueden desarrollar un trastorno metabólico grave llamado cetoacidosis cuando sus niveles de azúcar en la sangre son altos y no hay suficiente insulina en su cuerpo. La cetoacidosis puede ser mortal a menos que se trate como una emergencia con hidratación e insulina.
Las tasas de diabetes tipo 2 están creciendo dramáticamente en los Estados Unidos y Europa occidental. El tipo 2 es el resultado de los músculos y otros tejidos del cuerpo que desarrollan una resistencia a la insulina producida por las células beta del páncreas. El páncreas primero intenta superar esta resistencia a la insulina produciendo más insulina. El nivel de azúcar en la sangre aumenta porque el cuerpo de un paciente ya no puede producir suficiente insulina.
La mayoría de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 tienen sobrepeso u obesidad. Para la mayoría, pero no para todos, el mantenimiento de un peso normal y una buena dieta evitará el desarrollo de diabetes tipo 2.
La mayoría de la diabetes tipo 2 se diagnostica después de los 40 años. Por esta razón, muchos se han referido al tipo 2 como diabetes mellitus de inicio en adultos. Este último nombre ha perdido popularidad ya que la epidemia de obesidad ha causado que varias personas reciban un diagnóstico de tipo 2 a partir de los 10 u 11 años.
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El tipo 2 a menudo se puede tratar con modificación de la dieta y puede mejorar significativamente con la pérdida de peso y el ejercicio. Algunos pacientes recibirán un tratamiento eficaz con medicamentos como la metformina que aumentan la sensibilidad periférica de los órganos a la insulina.
Una enfermedad aún más grave requerirá medicamentos orales que estimulen al páncreas a producir más insulina, como gliburida o glipizida. Algunos pacientes con una enfermedad aún más grave de tipo 2 son tratados con inyecciones subcutáneas de insulina.
Las cantidades más altas de insulina en el cuerpo superan la resistencia periférica a la insulina y vuelven a los niveles de azúcar en la sangre hacia el rango normal. En algunos pacientes tipo 2, los años de sobreproducción de insulina hacen que las células beta se quemen y dejen de producir insulina. Estos pacientes pueden desarrollar cetoacidosis al igual que los diabéticos tipo 1, y deben ser tratados con inyecciones de insulina.
La ceguera se debe a la retinopatía diabética en la cual vasos sanguíneos adicionales crecen en la retina del ojo. La enfermedad vascular puede manifestarse como una disminución del flujo sanguíneo a los pies que conduce a llagas en los pies, ulceración e infección que requieren amputación de la pierna. La enfermedad vascular también puede provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.