Los antibióticos ciertamente no son necesarios para todos los pacientes antes del tratamiento dental, solo aquellos que están en un riesgo más alto de lo normal para una infección bacteriana, o aquellos que ya están infectados antes del tratamiento.
Uno puede estar en mayor riesgo de infección por varias razones relacionadas con la salud, como la diabetes. Los diabéticos no controlados o mal controlados suelen tener un mayor riesgo de infección que las personas sanas. Los dentistas pueden considerar colocar a estos pacientes en riesgo en un régimen de antibióticos previo al tratamiento, especialmente antes de los procedimientos quirúrgicos (es decir, extracciones), después de lo cual la bacteriemia (bacterias que se propagan a través de la sangre) tiene un riesgo mayor.
Otros pacientes pueden necesitar antibióticos antes del tratamiento porque están sufriendo de un absceso debido a un diente muerto, y necesitan limpiar la infección para aliviar los síntomas del dolor de inmediato.
