No.
No hay lado positivo en la intimidación, nunca lo será. Usted intimida a alguien y esa persona se convierte en acosador en algún momento de su vida o tiene que lidiar con las consecuencias de ello: ansiedad, depresión, ataques de pánico, problemas con personas confiadas, problemas con la interacción social y muchos otros. Muchas personas que fueron intimidadas tienen serias consecuencias.