¿Se pueden desarrollar vacunas para cualquier tipo de enfermedad dado que las vacunas son esencialmente una forma debilitada de la enfermedad?

Lamentablemente, no es tan simple.

Las vacunas funcionan mejor con enfermedades virales. No todas las enfermedades son causadas por virus. Hay enfermedades causadas por bacterias, por protistas (piense en toxo o malaria), por hongos, y así sucesivamente.

La función de una vacuna es introducir el cuerpo en un patógeno para provocar una respuesta inmune, de modo que si su cuerpo está nuevamente expuesto al patógeno, puede generar un contraataque inmune inmediatamente sin el prolongado tiempo normal de aceleración. Esto funciona bien con patógenos estables que no tienen buenas contramedidas para evadir una respuesta inmune.

Algunos patógenos mutan muy, muy rápidamente (piense en rinovirus, coronavirus o influenza). Puede vacunar contra una cepa y obtener inmunidad a esa cepa, pero espere un año y habrá cambiado lo suficiente como para que el sistema inmunitario ya no lo reconozca; en lo que respecta a su sistema inmune, es un nuevo patógeno.

Algunos patógenos emplean técnicas sofisticadas para evadir el sistema inmune. El herpes forma depósitos en los ganglios nerviosos donde las células inmunitarias no pueden alcanzarlo. El protista que causa la malaria cambia periódicamente las proteínas que presenta en su membrana externa para evadir el reconocimiento inmunológico.

Algunos patógenos atacan el sistema inmune mismo (piense en el VIH). Se han probado las vacunas contra el VIH y dan como resultado la producción de anticuerpos contra el VIH, pero desafortunadamente eso no corresponde a la inmunidad del VIH.