Una enfermedad inflamatoria crónica que es causada por la autoinmunidad. Los pacientes con lupus tienen en su sangre anticuerpos inusuales que se dirigen contra sus propios tejidos corporales. El lupus puede causar enfermedad de la piel, el corazón, los pulmones, los riñones, las articulaciones y el sistema nervioso. El primer síntoma es una erupción escamosa roja (u oscura) en la nariz y las mejillas, a menudo llamada sarpullido de mariposa debido a su forma distintiva. A medida que continúa la inflamación, se puede formar tejido cicatricial, que incluye cicatrices queloides en pacientes propensos a la formación de queloides. La causa del lupus es desconocida, aunque la herencia, los virus, la luz ultravioleta y las drogas pueden tener un papel. El lupus es más común en mujeres que en hombres, y aunque ocurre en todos los grupos étnicos, es más común en personas de ascendencia africana. El diagnóstico se realiza a través de la observación de los síntomas y mediante pruebas de sangre para detectar signos de actividad autoinmune. El tratamiento temprano es esencial para prevenir la progresión de la enfermedad. Un reumatólogo puede proporcionar tratamiento para el lupus, y este tratamiento tiene dos objetivos: tratar los síntomas difíciles de la enfermedad y tratar la actividad autoinmune subyacente. Puede incluir el uso de esteroides y otros agentes antiinflamatorios, antidepresivos y / o estabilizadores del estado de ánimo, inmunoglobulina intravenosa y, en casos en los que el lupus afecta a los órganos internos, quimioterapia. Ver también lupus, discoide; lupus eritematosis sistémica.
El tratamiento para el lupus depende de sus signos y síntomas. Determinar si sus signos y síntomas deben ser tratados y qué medicamentos usar requiere una discusión cuidadosa de los beneficios y riesgos con su médico. A medida que sus signos y síntomas aumentan y disminuyen, es posible que usted y su médico necesiten cambiar los medicamentos o las dosis. Los medicamentos más comúnmente utilizados para controlar el lupus incluyen:
Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Los AINE de venta libre, como el naproxeno sódico (Aleve) y el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros), pueden usarse para tratar el dolor, la hinchazón y la fiebre asociados con el lupus. Los AINE más fuertes están disponibles por prescripción. Los efectos secundarios de los NSAID incluyen sangrado estomacal, problemas renales y un mayor riesgo de problemas cardíacos.
Medicamentos antimaláricos Los medicamentos de uso común para tratar la malaria, como la hidroxicloroquina (Plaquenil), también pueden ayudar a controlar el lupus. Los efectos secundarios pueden incluir malestar estomacal y, muy raramente, daño a la retina del ojo.
Corticosteroides. La prednisona y otros tipos de corticosteroides pueden contrarrestar la inflamación del lupus, pero a menudo producen efectos secundarios a largo plazo, que incluyen aumento de peso, hematomas fáciles, adelgazamiento de los huesos (osteoporosis), presión arterial alta, diabetes y un mayor riesgo de infección. El riesgo de efectos secundarios aumenta con dosis más altas y terapia a más largo plazo.
Inmunosupresores. Las drogas que suprimen el sistema inmune pueden ser útiles en casos graves de lupus. Los ejemplos incluyen azatioprina (Imuran, Azasan), micofenolato (CellCept), leflunomida (Arava) y metotrexato (Trexall). Los posibles efectos secundarios pueden incluir un mayor riesgo de infección, daño hepático, disminución de la fertilidad y un mayor riesgo de cáncer. Un medicamento más nuevo, belimumab (Benlysta), también reduce los síntomas del lupus en algunas personas. Los efectos secundarios incluyen náuseas, diarrea y fiebre.
Citas y cuidado
En Mayo Clinic, nos tomamos el tiempo para escuchar, encontrar respuestas y brindarle la mejor atención.