La cirrosis es la cicatrización severa del hígado y la función hepática deficiente se ve en las etapas terminales de la enfermedad hepática crónica. La cicatrización es a menudo causada por la exposición a largo plazo a toxinas como el alcohol o las infecciones virales.
El hígado está ubicado en la parte superior derecha del abdomen debajo de las costillas. Tiene muchas funciones corporales esenciales. Éstas incluyen:
- produciendo bilis, que ayuda a su cuerpo a absorber las grasas de la dieta, el colesterol y las vitaminas A, D, E y K
- almacenando azúcar y vitaminas para su uso posterior por el cuerpo
- purificando la sangre mediante la eliminación de toxinas como el alcohol y las bacterias de su sistema
- creando proteínas de coagulación sanguínea
Cómo se desarrolla la cirrosis
El hígado es un órgano muy abundante y normalmente puede regenerar las células dañadas. La cirrosis se desarrolla cuando los factores que dañan el hígado (como el alcohol y las infecciones virales crónicas) están presentes durante un largo período de tiempo. Cuando esto sucede, el hígado se lastima y cicatriza. Un hígado con cicatrices no puede funcionar correctamente y, en última instancia, puede provocar cirrosis.
¿Cuál es la línea de tiempo para alguien que tiene cirrosis?
¿Cuáles son los mejores tratamientos para la cirrosis post necrótica?
La cirrosis causa que el hígado se encoja y se endurezca. Esto dificulta que la sangre rica en nutrientes fluya hacia el hígado desde la vena porta. La vena porta transporta sangre desde los órganos digestivos hasta el hígado. La presión en la vena porta aumenta cuando la sangre no puede pasar al hígado. El resultado final es una afección grave llamada hipertensión portal, en la que la vena desarrolla hipertensión arterial. La desafortunada consecuencia de la hipertensión portal es que este sistema de alta presión causa un respaldo, lo que conduce a varices esofágicas (como las venas varicosas), que luego pueden reventar y sangrar.