En realidad no. He estado en circunstancias que causan el síndrome imposter. He estado en compañía de personas que admiro como personas inteligentes, increíbles y exitosas. Lo encontré increíblemente estimulante. No estaba seguro de estar en la misma categoría, pero en vez de sentirme como un impostor, noté que estas personas me aceptaban como su colega o incluso como un amigo. Eso fue simplemente increíble para mí, que estas personas que tanto admiraba me incluyeron en su grupo. Es una sensación maravillosa. Tal vez el mérito recaiga en las personas que tanto respeto. Su disposición para incluirme es un crédito para ellos. Pero si no hubieran estado dispuestos a incluirme, tal vez no hubieran sido tan asombrosos en mi mente.
Esa es una gran sensación. Vino simplemente cambiando mi forma de pensar de “estoy fingiendo estar en este grupo” a “estoy incluido en este grupo, sin pretender que sea necesario”.