Sí, la amenaza es que sus bacterias expuestas al antibiótico, pero no completamente eliminadas por él, pueden volverse resistentes a ese antibiótico. Si esa cepa bacteriana causa problemas en el futuro (a esa persona o a cualquier otra persona), es posible que no responda ese antibiótico, y es posible que deba usarse algo más fuerte. La decisión de recetar antibióticos debe tomarla el dentista, quien tendrá en cuenta todos los criterios pertinentes (p. Ej., Tipo de infección, grado de infección, si ese tipo de infección es típicamente eliminada por los propios sistemas de defensa del cuerpo, etc., pero Por supuesto, siempre puede obtener una segunda opinión de otro dentista.