Ha habido muchas evaluaciones detalladas desarrolladas a lo largo de los años. Actualmente, la “toma de huellas dactilares” de un organismo se realiza mediante análisis genéticos. Esto permite a los investigadores emparejar un agente patógeno muy de cerca entre la cepa encontrada en las muestras del paciente, la cepa encontrada en el agua, los alimentos u otros factores ambientales a los que el paciente estuvo expuesto, y la cepa que se encontró en otras personas (cuidado dadores, familiares, manipuladores de alimentos, etc.), que pueden haber presentado al agente en primer lugar a ese lugar desde otro lugar.
Al igual que con el análisis de ADN en investigaciones forenses, el ADN o ARN de un organismo puede proporcionar pruebas extremadamente sólidas de la ruta o causa de la infección.