Si llegaste a ser el mejor, deberías aprender de los mejores. Un buen mentor puede enseñar mejor y ayudar a su alumno a saciar su confianza por el conocimiento y la comprensión, y hacerlo un médico capaz, plenamente funcional y de reputación, considerado el segundo de Dios por salvar las vidas de las personas.
Sí, es lo mejor, para mejor, convertirse en el mejor.