¿Cuando? Hay varias ocasiones en que alguien puede sentirse de esa manera.
Abajo hay algunos ejemplos. No son una lista exhaustiva, pero son algunas de las razones más comunes.
- Cuando la droga o las drogas causan efectos cognoscitivos significativos. Estos son extremadamente comunes, y alguien puede ser debilitado o completamente incapacitado por ellos. Esto se refiere a pensar, recordar, crear, comunicar y otras habilidades que pueden ser extrañadas, o esenciales para cosas como carreras y relaciones exitosas.
- Cuando alguien se siente inclinado a ser brillante para la satisfacción social o emocional. Satisfacer las necesidades no satisfechas es una parte importante de nuestra toma de decisiones en el cuidado de la salud, y algunas veces los medicamentos pueden obstaculizar la satisfacción normal de las necesidades o crear nuevas necesidades. A veces las personas tratan de satisfacer sus necesidades mediante la drogadicción que el narcotráfico está mal equipado para tener en cuenta.
- Cuando alguien siente que funcionaría mejor sin drogas. Tal vez porque se sienten “en remisión”, o quizás porque también podrían estar bien sin medicamentos. Si esta “tentación” es una proyección realista o algo que podría ser inviable como se imagina actualmente, variará de una persona a otra y de una situación a otra.
- Cuando alguien está confundido acerca de su potencial. Los estados psicológicos y cognitivos pueden ser engañosos, y la conciencia constructiva de nuestros estados actuales o estados potenciales puede verse comprometida por la drogodependencia y las experiencias que los médicos probablemente recetarán para evitar que sucedan.
- Las drogas no son saludables para su cuerpo, incluido su cerebro. Hay muchas y muy buenas razones por las que su cuerpo o su mente dirían “¡a la mierda!” Incluso el solo hecho de tomar drogas psiquiátricas a diario puede generar angustia psicológica o síntomas físicos negativos. A veces nos sentimos mal por hacer cosas que creemos que son, en última instancia, lo mejor para nosotros y, a veces, creemos que algo es lo mejor para nosotros, pero nuestro cuerpo lo sabe mejor.
- Los estados en los que los psiquiatras están tan ansiosos de drogarse a veces pueden ser útiles, productivos, agradables e integrales a la forma en que percibimos y experimentamos la vida. Tratar de eliminar esa parte de nuestro ser como si fuera un cáncer puede dejarnos paralizados existencialmente, y ver los aspectos positivos de la llamada “enfermedad mental” a veces puede hacernos cuestionar paradigmas que patologizan y excluyen el funcionamiento humano que no es intrínsecamente bueno o malo
- En ocasiones las personas se sienten más capaces de abordar de manera constructiva sus dificultades psicológicas y posibilitar que todos los aspectos beneficiosos de sus experiencias se manifiesten más plenamente sin consecuencias negativas graves. El discernimiento entre la verdadera habilidad y la percepción potencialmente errónea de la capacidad es una consideración importante aquí, especialmente cuando las decisiones sobre drogas están a la mano.