Cuando se trata de medicamentos recetados para tratar enfermedades mentales, ¿cuál es la diferencia entre ser dependiente y ser adicto?

La adicción, o uso compulsivo de drogas a pesar de las consecuencias perjudiciales, se caracteriza por la incapacidad de dejar de consumir un medicamento; el incumplimiento de las obligaciones laborales, sociales o familiares; y, algunas veces (dependiendo del medicamento), tolerancia y abstinencia. Estos últimos reflejan una dependencia física en la que el cuerpo se adapta a la droga, requiriendo más de ella para lograr un cierto efecto (tolerancia) y provocar síntomas físicos o mentales específicos del fármaco si el consumo de drogas se interrumpe abruptamente (abstinencia). La dependencia física puede ocurrir con el uso crónico de muchos medicamentos, incluidos muchos medicamentos recetados, incluso si se toman según las instrucciones. Por lo tanto, la dependencia física en sí misma no constituye adicción, pero a menudo acompaña a la adicción. Esta distinción puede ser difícil de discernir, particularmente con los medicamentos recetados para el dolor, para los cuales la necesidad de aumentar las dosis puede representar tolerancia o un problema subyacente que empeora, en oposición al comienzo del abuso o la adicción.