Su cuerpo es bastante bueno para regularse a sí mismo, pero la alteración en la comunicación dopaminérgica y endorfíngica puede desempeñar un papel en la adicción a ciertos comportamientos como el juego, el sexo o (de manera discutible) el ejercicio, así como en la adicción a las drogas (1) (2) (3) ) Todavía no sabemos lo suficiente sobre estos sistemas.
(1) Gold, Mark S., Alc Pottash, Irl Extein, David A. Martin, Lawrence B. Finn, Donald R. Sweeney y Herbert D. Kleber. “Evidencia de una disfunción de endorfinas en los adictos a metadona: falta de respuesta de ACTH a la naloxona”. Drug and Alcohol Dependence 8.3 (1981): 257-62. Web. 29 de septiembre de 2016.
(2) Genazzani, AR, G. Nappi, F. Facchinetti, GL Mazzella, D. Parrini, E. Sinforiani, F. Petraglia y F. Savoldi. “Deficiencia central de β-endorfina en adictos al alcohol *”. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism 55.3 (1982): 583-86. Web. 29 de septiembre de 2016.
(3) Shinohara, Kikunori, Akitaka Yanagisawa, Yutaka Kagota, Akira Gomi, Kenichi Nemoto, Eisuke Moriya, Eiichi Furusawa, Kenichi Furuya y Koji Terasawa. “Cambios fisiológicos en los jugadores de Pachinko; beta-endorfinas, catecolaminas, sustancias del sistema inmune y frecuencia cardíaca”. CIENCIAS HUMANAS APLICADAS Journal of Physiological Anthropology Appl Human Sci 18.2 (1999): 37-42. Web. 29 de septiembre de 2016.