¿Ha disminuido la velocidad de los avances médicos desde que la prohibición de la experimentación humana o las innovaciones tecnológicas han podido compensar la falta de acceso a los seres humanos?

No hay tal prohibición.

Nuestra capacidad de investigar, tecnológica e intelectualmente, supera con creces nuestra capacidad de sacar conclusiones con una validez a más largo plazo de eventos perspicaces. Los antiguos practicantes tenían muchas pruebas y tratamientos que rivalizaban con los de la medicina occidental contemporánea, pero tenían una investigación tecnológica e intelectual más allá de la vista, más decenas o cientos de miles de años de técnicas de curación basadas en la naturaleza como base, que la ciencia moderna todavía es casi completamente ignorante (pero está empezando a explotar cada vez más).

En cuanto a lo que constituye un “avance médico”, nuestro sistema actual es el de la extracción de beneficios, que se realiza mejor a través de un tratamiento ineficaz, ineficaz, pernicioso o que de otro modo estimula la dependencia. Un ‘avance médico’ es algo que no cura nuestra dependencia fomentada de una institución, pero sí una gran cantidad de dinero. Nuestra capacidad disminuida para acceder fácilmente a la experimentación humana violentamente forzada es menos importante que a donde se canaliza la mayoría de los fondos cuando se trata de investigación y aplicación.

Por lo tanto, no hemos alcanzado el conocimiento médico antiguo, pero no estamos tratando de hacerlo. No hay prohibición de muchas formas de experimentación humana, y muchas compañías y gobiernos realizan experimentos ilegales y poco éticos incluso en los casos en que existen restricciones establecidas.