Las drogas contienen sustancias químicas que afectan el sistema de comunicación del cerebro e interrumpen la forma en que las células nerviosas normalmente envían, reciben y procesan la información. Hay al menos dos formas en que las drogas causan esta alteración:
(1) al imitar a los mensajeros químicos naturales del cerebro y
(2) al sobreestimular el “circuito de recompensa” del cerebro.
Algunas drogas (p. Ej., Marihuana y heroína) tienen una estructura similar a los mensajeros químicos llamados neurotransmisores, que son producidos naturalmente por el cerebro. Esta similitud permite que las drogas “engañen” a los receptores del cerebro y activen las células nerviosas para enviar mensajes anormales.
Otras drogas, como la cocaína o la metanfetamina, pueden provocar que las células nerviosas liberen cantidades anormalmente grandes de neurotransmisores naturales (principalmente dopamina ) o para evitar el reciclaje normal de estos químicos cerebrales, que es necesario para cortar la señalización entre las neuronas. El resultado es un cerebro inundado de dopamina, un neurotransmisor presente en regiones del cerebro que controlan el movimiento, la emoción, la motivación y los sentimientos de placer.
Las áreas cerebrales afectadas por el abuso de drogas incluyen:
¿Podemos detener la progresión de la enfermedad de la sustancia blanca en el cerebro?
¿Colgarse cabeza abajo te ayuda a pensar mejor porque toda la sangre se concentra en tu cerebro?
La raíz del cerebro , que controla las funciones básicas críticas para la vida, como la frecuencia cardíaca, la respiración y el sueño.
La corteza cerebral , que se divide en áreas que controlan funciones específicas. Diferentes áreas procesan información de nuestros sentidos, lo que nos permite ver, sentir, escuchar y saborear. La parte frontal de la corteza, la corteza frontal o el prosencéfalo, es el centro pensante del cerebro; potencia nuestra capacidad de pensar, planificar, resolver problemas y tomar decisiones.
El sistema límbico , que contiene el circuito de recompensa del cerebro. Vincula una serie de estructuras cerebrales que controlan y regulan nuestra capacidad de sentir placer. Sentir placer nos motiva a repetir comportamientos que son críticos para nuestra existencia. El sistema límbico se activa mediante actividades saludables que sostienen la vida, como comer y socializar, pero también se activa con las drogas de abuso. Además, el sistema límbico es responsable de nuestra percepción de otras emociones, tanto positivas como negativas, lo que explica las propiedades alteradoras del estado de ánimo de muchas drogas.
¿Cómo la estimulación del circuito de placer del cerebro nos enseña a seguir tomando drogas?
Nuestros cerebros están conectados para garantizar que repetiremos las actividades que sostienen la vida asociando esas actividades con placer o recompensa. Cada vez que se activa este circuito de recompensa, el cerebro nota que está sucediendo algo importante que debe recordarse, y nos enseña a hacerlo una y otra vez sin pensar en ello. Debido a que las drogas de abuso estimulan el mismo circuito, aprendemos a abusar de las drogas de la misma manera.
¿Por qué las drogas son más adictivas que las recompensas naturales?
Cuando se toman algunas drogas de abuso, pueden liberar de 2 a 10 veces la cantidad de dopamina que las recompensas naturales como comer y hacer sexo. 15 En algunos casos, esto ocurre casi de inmediato (como cuando se fuman o se inyectan drogas), y los efectos pueden durar mucho más que los producidos por recompensas naturales. Los efectos resultantes en el circuito de placer del cerebro empequeñecen a los producidos por comportamientos naturalmente gratificantes. El efecto de una recompensa tan poderosa motiva a las personas a consumir drogas una y otra vez.