A menos que sufra de osteoporosis grave y además sea extremadamente fuerte, es casi imposible romperse el cuello, supongo que quiso decir fracturarse una vértebra, al tratar de “romperla”.
La auto-manipulación, sin embargo, puede ser extremadamente peligrosa por varias razones:
- Una persona no entrenada rotará la cabeza e incluso tomará contacto en su barbilla mientras intenta esta maniobra. Esto estira la arteria basilar vertebral más allá de sus límites fisiológicos y está en riesgo de desgarro que dará lugar a un accidente cerebrovascular. Si sufre de placas arteriales causadas por el colesterol, incluso las arterias carótidas corren el riesgo de romperse. En las personas más jóvenes, el riesgo de una ligera rotura en la arteria carótida puede provocar la formación de un coágulo de sangre que luego puede desplazarse, fluir al cerebro y causar un derrame cerebral.
- Las personas que “rompen” sus propios cuellos tienden a hacerlo con frecuencia, varias veces al día, lo que conduce a hipermovilidad e inestabilidad del cuello. Los peligros aquí son dobles. Primero, la hipermovilidad permite que el cuello gire más allá de su rango fisiológico normal, lo que lleva a los peligros enumerados en 1. En segundo lugar, la inestabilidad permite una lesión más fácil de los tejidos blandos del cuello en caso de accidente automovilístico o cualquier otra velocidad alta fuerzas que actúan en la cabeza y el cuello. La investigación ha demostrado que las lesiones de los tejidos blandos del cuello conducen a problemas mucho más graves y crónicos que si en realidad acabaras de romper los huesos.
El punto es que la auto-manipulación del cuello es simplemente peligrosa y estúpida. Los quiroprácticos son los profesionales más capacitados en la manipulación cervical y lo hacen con la menor frecuencia de lesiones que cualquier otro profesional. Por lo tanto, hazte un favor, mira a un quiropráctico, y deja de “romper” tu propio cuello.