¿Qué sucede cuando tratas de hervir o cocinar pastillas para el dolor?

Muchos drogadictos hacen exactamente esto cuando intentan preparar medicamentos recetados, específicamente opiáceos, para inyección. En un intento por detener esta práctica, muchos fabricantes de analgésicos han formulado sus píldoras, por lo que cuando se cocinan, se convierten en un desastre pegajoso que no se puede inyectar. No todas las píldoras son así, pero independientemente de este hecho, inyectar un medicamento hecho para la ingestión oral es una práctica peligrosa, que puede causar complicaciones médicas graves, como infección, coágulos de sangre o algo peor. La solución a este problema es tomar la medicación según lo prescrito, y si no se receta, no tomar en absoluto.