La artritis reumatoide probablemente sea el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales, muchos de los cuales son desconocidos.
La artritis reumatoide se clasifica como un trastorno autoinmune, uno de un grupo grande de condiciones que ocurren cuando el sistema inmune ataca los propios tejidos y órganos del cuerpo. En las personas con artritis reumatoide, el sistema inmune desencadena una inflamación anormal en la membrana que recubre las articulaciones (la membrana sinovial). Cuando la membrana sinovial se inflama, causa dolor, hinchazón y rigidez de la articulación. En casos severos, la inflamación también afecta el hueso, el cartílago y otros tejidos dentro de la articulación, causando daños más graves. Las reacciones inmunes anormales también subyacen a las características de la artritis reumatoide que afecta otras partes del cuerpo.
Las variaciones en docenas de genes se han estudiado como factores de riesgo para la artritis reumatoide. Se sabe o se sospecha que la mayoría de estos genes están involucrados en la función del sistema inmune. Los factores de riesgo genéticos más importantes para la artritis reumatoide son las variaciones en los genes del antígeno leucocitario humano (HLA), especialmente el gen HLA-DRB1. Las proteínas producidas a partir de los genes HLA ayudan al sistema inmunitario a distinguir las propias proteínas del cuerpo de las proteínas producidas por invasores externos (como virus y bacterias). Los cambios en otros genes parecen tener un impacto menor en el riesgo general de una persona de desarrollar la enfermedad.
También se cree que otros factores no genéticos juegan un papel en la artritis reumatoide. Estos factores pueden desencadenar la condición en personas que están en riesgo, aunque el mecanismo no está claro. Los factores desencadenantes potenciales incluyen cambios en las hormonas sexuales (particularmente en mujeres), exposición ocupacional a ciertos tipos de polvo o fibras y infecciones virales o bacterianas. El tabaquismo a largo plazo es un factor de riesgo bien establecido para desarrollar artritis reumatoide; también se asocia con signos y síntomas más severos en personas que tienen la enfermedad.