Para tratar de descubrir lo que está mal, por supuesto.
El primer paso es asegurarse de que no haya nada que ponga en peligro la vida. Una vez que se aseguren de que el paciente está seguro, comenzarán las pruebas para detectar la causa más probable de los síntomas, seguidos por los segundos más probables, etc. Una vez que se hayan descartado todas las causas graves de cualquier síntoma, generalmente se dará de alta al paciente y continúe buscando causas (menos graves) como paciente ambulatorio.
Por ejemplo, dolor en el pecho. Lo primero que harán es obtener un ECG, que puede diagnosticar muchos ataques cardíacos. Si el ECG no muestra evidencia definitiva de un ataque al corazón, enviarán pruebas de laboratorio, que pueden mostrar que ha habido daño al corazón. Si los laboratorios son normales, es relativamente seguro que el paciente no va a morir de un ataque al corazón.
El siguiente paso es considerar otras posibles causas de dolor en el pecho. Una lista no exhaustiva incluiría embolia pulmonar (coágulo de sangre en el pulmón), espasmo esofágico, dolor musculoesquelético (incluida la costocondritis), neumonía, pericarditis, etc. Dependiendo de la historia del paciente y otros síntomas, los médicos harían una clasificación lista de las posibilidades, y comienza a hacer pruebas para descartar cada diagnóstico. Una vez que se descartan los problemas probables y graves (como la embolia pulmonar o la pericarditis), las otras posibilidades menos serias (como el espasmo esofágico) se tratarían como pacientes ambulatorios.
Dependiendo de los síntomas y la gravedad de los posibles diagnósticos, puede llevar unas pocas horas o unos pocos días pasar por este proceso.