La ansiedad hace que el cuerpo de una persona “respire demasiado”, ya sea al respirar demasiado rápido o respirar más profundamente de lo que el cuerpo necesita. También conocido como hiperventilación, este tipo de respiración expulsa el dióxido de carbono de tu torrente sanguíneo. Básicamente, tiene demasiado oxígeno, aunque a menudo siente que no tiene suficiente (lo que probablemente le haga respirar aún más).
El dióxido de carbono es importante para su cuerpo y su flujo sanguíneo. Cuando hiperventila, su sangre se vuelve alcalina y sus vasos sanguíneos se estrechan. La constricción de los vasos sanguíneos hace que sea más difícil que la sangre se mueva por todo el cuerpo y ejerce presión sobre el corazón, lo que a menudo hace que el corazón lata más rápido para compensarla. De aquí viene la mayoría de la presión del pecho.
Además, la hiperventilación hace que el aire se acumule en el cuerpo, llevando a la hinchazón. Esto también puede causar sentimientos de presión en el pecho.
