Algunas opciones de tratamiento comunes para Trichotillomania se dan a continuación:
Terapia cognitivo-conductual: – La terapia cognitiva conductual es una de las técnicas psicológicas más efectivas para tratar este trastorno. Puede ayudar al paciente a reconocer sus pensamientos, sentimientos y factores desencadenantes asociados con el acto de tirar del cabello. El objetivo de esta terapia es aumentar la conciencia de su propio comportamiento, para reemplazarlo con reacciones alternativas y positivas. Además, la terapia cognitivo-conductual enseña a controlar las reacciones a los impulsos psicológicos que obligan al paciente a arrancar el cabello.
Terapia con medicamentos: la terapia con medicamentos se usa en casos graves para reducir la ansiedad, la depresión y los síntomas obsesivo-compulsivos que acompañan a la tricotilomanía. Si existe una correlación bastante estrecha entre la angustia psicológica que estimula la tricotilomanía y el propio acto patológico, interviniendo con la terapia con medicamentos, la urgencia de tirar del cabello debería cesar. Algunos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), la clomipramina (antidepresivo tricíclico) y la naltrexona (opiáceo receptor de la angiotensina) han demostrado ser efectivos para reducir algunos síntomas, pero no todos los expertos concuerdan en el uso de medicamentos para el tratamiento de la tricotilomanía. Estos solo deben usarse en pacientes adultos, después de una evaluación médica cuidadosa.
La mayoría de las personas que recurren a una terapia dirigida pueden acudir a una reunión de curación. Por lo general, si el trastorno ocurre durante la primera infancia (antes de los 6 años de edad) tiende a ser leve y desaparecer espontáneamente sin tratamiento. En adultos, el inicio de la tricotilomanía puede ser secundario a trastornos psiquiátricos subyacentes y, por lo tanto, podría ser más difícil de tratar.
Si el paciente ha pasado el comportamiento compulsivo con la terapia adecuada, es posible recurrir a tratamientos específicos para estimular los folículos aún prolíficos y hacer crecer el cabello perdido. Una vez desviado del comportamiento dañino, de hecho, el cabello y el cabello tienden a crecer espontáneamente. Si los folículos capilares se dañan seriamente, el último recurso posible es la cirugía con el Trasplante (cirugía tribológica). La detección temprana es la mejor forma de prevención, ya que induce a realizar un tratamiento igualmente temprano y, por lo tanto, eficaz: recurrir a los primeros síntomas parece que la terapia podría ayudar a reducir cualquier inconveniente en la vida de la persona.