Un “embarazo tubárico” ocurre cuando un embrión se implanta en la trompa de Falopio en lugar del útero. Un embarazo tubárico es extremadamente peligroso. En casi todos los casos, el embrión no es viable y nunca lo será.
El tratamiento es eliminar el embrión. Esto se puede hacer médicamente, posiblemente preservando la trompa de Falopio de la mujer. El otro tratamiento es remover toda la trompa de Falopio. De cualquier forma, el embrión muere.
Si la mujer no recibe tratamiento, la trompa de Falopio puede estallar y la mujer puede morir de hemorragia masiva.
En casos extremadamente raros, los embarazos ecpócicos (un embrión que se implanta fuera del útero) han dado lugar a partos viables (bebés vivos que pueden sobrevivir). Estos casos son tan raros que casi todos son noticia.
Los embarazos tubáricos son una situación en la que no terminar el embarazo puede matar a las mujeres. No importa lo que se haga o no se haga, ningún bebé vivo nacerá jamás.
