Tengo la buena idea de que, mientras es mutilado por un cocodrilo, uno experimenta casi el mismo dolor que un hombre experimenta cuando tiene gripe.
Con toda seriedad, sin embargo, diría que es una sacudida entre el dolor de quemadura y el dolor nervioso producido orgánicamente (como en el síndrome de dolor miofascial, una víctima de la que he visto que vivió en un dolor tan extremo que literalmente es lo único que lo que podía hacer era sentarlo en la cama y consumirlo).