Hay una vergüenza de riquezas en el Área de la Bahía de San Francisco para la corrección quirúrgica de la visión. Por lo tanto, es difícil elegir uno o dos cirujanos o prácticas quirúrgicas que hagan el “mejor trabajo”.
En general, sin embargo, hay pautas generales que cualquiera que esté discutiendo sobre corrección quirúrgica puede hacer. Primero, la tecnología ha proporcionado una herramienta valiosa para que muchos cirujanos creen buenos resultados. Los láseres que crean una buena aleta segura y la corrección de muchos niveles nuevos de aberraciones ópticas significan que la visión no solo es 20/20 sino también una clara y nítida 20/20 en muchas condiciones de iluminación diferentes y en muchos entornos diferentes.
En segundo lugar, la selección del paciente debe ser meticulosa a fin de proporcionar información objetiva y confiablemente neutral para que cualquier paciente tome una decisión prudente sobre el curso de acción. Cada miembro de un centro quirúrgico desde el médico hasta la recepcionista debe actuar como un equipo bien entrenado y educado para minimizar la ansiedad y la incertidumbre. Esto significa que es necesaria una terminología y conceptos completos y fáciles de entender que coincidan con el nivel de comprensión y la actitud mental del paciente.
Por último, muchos cirujanos producirán excelentes resultados. Lo que hace que un gran cirujano, en mi opinión, sea uno que pueda funcionar en cualquier circunstancia que esté presente en el quirófano, ya sea involuntario o no planificado. El cirujano también transmite una actitud reconfortante que apoya al paciente en cualquier dirección en que los hechos clínicos tomen la decisión.
En conclusión, no existe una plantilla que se ajuste a todos los pacientes para el “mejor” lugar para obtener la corrección quirúrgica del error de refracción. Debido a que la cirugía refractiva es electiva, la decisión de hacerlo nunca es “apresurada”, ni debe lograrse cuando está ansioso o temeroso.