Lo que es interesante notar es que aunque todavía no estamos recetando errores “diseñados” para ser ingeridos, al consumir alimentos probióticos, estamos de alguna manera “ingeniando” nuestra microbiota a nuestro gusto. Tomemos por ejemplo a alguien que es intolerante a la lactosa. Algunos estudios han encontrado que el consumo de probióticos puede disminuir o incluso eliminar los síntomas asociados (Papel de los probióticos en la salud y la enfermedad: a … [J Pak Med Assoc 2013]).
Pero, ¿qué podemos lograr al diseñar realmente nuestros microbios intestinales? Las posibilidades pueden ser infinitas, pero también lo son los riesgos. Al permitir que una sola población tenga una ligera ventaja, toda la microbiota podría verse afectada. Creo que todavía estamos a años de estar listos. Comercializar alimentos genéticamente modificados ha demostrado ser una tarea desalentadora; los microbios genéticamente modificados seguramente no serán diferentes.
Pero aquí hay algunas ilusiones …
Imagínese si los niveles de insulina y sodio de alguna manera pudieran mantenerse constantes por la presencia de una determinada falla de ingeniería, por lo que se podrían mejorar muchas vidas. Además, ¿qué pasaría si pudiéramos diseñar un error para indicarle al cerebro que estamos llenos después de solo una pequeña comida? Esto no sería demasiado descabellado, ya que los estudios han encontrado una correlación entre H. Pylori y la saciedad (Papel de la grelina en la fisiopatología de la gastrología … [Gut Liver. 2013]).