En realidad, es un término genérico para cualquier afección que afecte la fisiología y la función cognitiva de nuestro cerebro, pero que no nos influenciará psicológicamente.
Si alguien, por ejemplo, tiene la enfermedad de Alzheimer, entonces la persona también puede tener una disfunción cerebral orgánica como resultado de la misma.
Eso es porque hay una reducción en su cognitividad, lo que sucede debido a la pérdida de su memoria. La persona puede comenzar a tener dificultades para entender las palabras, reconocer a las personas y no poder realizar actividades normales.