Ninguno que alguna vez aconsejaría tomar. La mayoría, si no todos, son altamente adictivos y conllevan reacciones de abstinencia severas.
Sentir emociones es completamente humano, y tratar de adormecer estos sentimientos es como poner una tirita en una herida de arma blanca.
Llegar a la raíz del problema con un terapeuta o psiquiatra beneficiará a cualquier persona más que cualquier otra píldora.