Aunque muchas personas están “enamoradas” del olor del automóvil nuevo, varios estudios han concluido que, de hecho, pueden ser tóxicos pero no han llegado a conclusiones definitivas porque todos se ven afectados de manera diferente.
Un proyecto de investigación realizado en Australia determinó que los compuestos orgánicos volátiles (COV) presentes en un nuevo vehículo contenían muchos compuestos que se habían considerado cancerígenos. Estos incluyen cosas como estireno, formaldehído, benceno y tolueno solo por nombrar algunos. En algunos casos, el nivel de VOC fue lo suficientemente alto como para causar desorientación y dolores de cabeza.
Los efectos a largo plazo no se han establecido debido a los diferentes hábitos de manejo que la mayoría de las personas realizan.
Un estudio más reciente sin fines de lucro encontró que estos productos químicos pueden ser dañinos cuando se ingieren o inhalan y pueden causar problemas físicos graves, como problemas de aprendizaje o defectos de nacimiento. Con la cantidad de tiempo que se pasa en los automóviles hoy en día, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha etiquetado esto como un importante problema de salud.
Entonces, sí, se ha establecido un vínculo definitivo.