¿Hay algún dispositivo que permita a los médicos ver las células cancerosas en el cuerpo de un paciente?

Puede cortar tejido sospechoso de cáncer y estudiar las células bajo un microscopio para buscar características de cáncer. O podría usar técnicas de imagen como lo que se conoce como una exploración PET. Una exploración por TEP es básicamente donde inyecta moléculas de tipo glucosa que están marcadas con un isótopo radioactivo (Fluorine 18) en un paciente. A medida que el flúor se descompone, interactúa con otras cosas (no hay físico) y libera rayos gamma que son detectados por la máquina de escaneo PET.

Las células toman glucosa para obtener energía. La característica de las células tumorales es que crecen y se dividen muy rápidamente, por lo que requieren cantidades excesivas de glucosa para acelerar su metabolismo. Por lo tanto, las células tumorales absorben una cantidad mucho mayor de estas moléculas de glucosa marcadas con radioisótopos que las células normales circundantes. Por lo tanto, una exploración PET puede mostrarnos áreas de metabolismo anormalmente alto, en otras palabras, donde es probable que haya células cancerosas.

Hoy no existe un dispositivo de imágenes que pueda detectar el cáncer microscópico. Cada técnica de imagen requiere que los cánceres tengan un cierto tamaño antes de que el software pueda generar una imagen. Eso significa varios cientos de millones de células cancerosas. Un cáncer de 1 cm es alrededor de mil millones de células cancerosas. Es bastante difícil obtener una imagen fiable de menos de 0,5 cm.

En el futuro, es probable que las pruebas de biopsia líquida, las pruebas de ADN y ARN relacionadas con el cáncer en la sangre detecten el cáncer muy por delante de nuestra capacidad para obtener una imagen. Eso va a crear un problema. ¿Qué hacemos para saber que un cáncer está presente pero no lo podemos localizar para eliminarlo?

Con la tecnología actual aún es imposible visualizar las células en un organismo vivo para diferenciar si son malignas o no, permite extraer una pequeña porción de tejido (biopsia) o raspar las superficies de las células (frotis) y examinarlas en el laboratorio bajo el microscopio. Existen técnicas que permiten visualizar dónde están esas células usando radiomarcadores, pero la confirmación del diagnóstico y la clasificación de la malignidad requieren estudios histológicos.