La insulina solía ser purificada de las células del páncreas del cerdo. Esta fue la medicina de la vieja escuela.
En estos días, la insulina se fabrica mediante tecnología recombinante. Esencialmente, un gen para la insulina se inserta en las bacterias. Luego, la bacteria produce insulina leyendo el gen y produciendo las proteínas a partir de este “anteproyecto”.
El beneficio de esta tecnología recombinante es que no involucra ética animal, es más rápido y puede ser más económico producir por dosis, y usted puede personalizar el gen para la insulina, por lo tanto, le da propiedades especiales. Por ejemplo, el gen puede modificarse para que dure más tiempo en la sangre cuando se administra a pacientes humanos, o para que actúe más rápido (o más lento) que la insulina humana normal.
