He tratado a muchos sobrevivientes de muerte cardíaca repentina. Cada persona que he tratado que sobrevivió a la muerte súbita (40 años y sigue contando porque aún hago procedimientos de emergencia todas las semanas) no tiene absolutamente ningún recuerdo de la experiencia.
La muerte súbita termina con todos los sentimientos, pensamientos y recuerdos. Los recuerdos más antiguos se conservan solo si el sobreviviente ha sido resucitado rápidamente (en unos pocos minutos).
Es por eso que no lo hago y no veo ninguna razón para temer a la muerte. Entonces, y solo entonces, estaré libre de arrepentimiento, por las cosas que he hecho, los sentimientos que he herido, las personas a las que avergoncé, los errores que cometí.
