¿Cómo difieren la velocidad y la metanfetamina?

Supongo que “velocidad” en este contexto se refiere a la anfetamina.

La velocidad de la calle es típicamente racémica. Es decir, es partes iguales de levoanfetamina y dextroanfetamina, enantiómeros con diferentes efectos biológicos en el cuerpo humano.

La L-Anfetamina puede considerarse menos psicoactiva que la D-Anfetamina. Sus efectos principales son la vasoconstricción, el aumento de la frecuencia cardíaca y el aumento de la presión arterial, lo que promueve la disminución del apetito y la fatiga.

La D-Anfetamina es típicamente la molécula “deseable” en esta disposición. Se asocia con todos los efectos que se conoce y busca la velocidad, desde el aumento de la concentración, la motivación y la vigilia hasta la euforia en dosis recreativas.

La metanfetamina también existe como dos enantiómeros, dextromethamphetamine y levomethamphetamine. La metanfetamina y la anfetamina producen efectos similares, pero se ha demostrado que la metanfetamina es más fuerte a dosis iguales, mostrando una mayor duración de acción y un mayor potencial de adicción y daño a largo plazo.

Sin embargo, la metanfetamina raramente es racémica. La reducción de la pseudoefedrina o efedrina, el método principal de producción de metanfetamina, solo produce dextrometanfetamina. Como resultado, las diferencias subjetivas entre la metanfetamina y la velocidad incluyen un perfil de efecto residual y adverso más suave y “tolerable” y más tolerable (a dosis similares). Se puede decir que estas diferencias contribuyen al potencial de adicción más fuerte de la metanfetamina, ya que es más viable perseguir esa eufórica euforia y atracones a través de la constante dosificación.

Hay otras diferencias, la más notable es la neurotoxicidad de la metanfetamina. Sin embargo, debido al estigma asociado con el medicamento y su estado altamente controlado, la investigación en este tema es bastante limitada. En los Estados Unidos, Desoxyn es una formulación de D-Metanfetamina aprobada para el tratamiento del TDAH y la obesidad, y las investigaciones preliminares han demostrado que la metanfetamina a dosis bajas puede provocar efectos neuroprotectores. L-Metanfetamina se usa como descongestionante efectivo con poco potencial de abuso.