Fumar no es un hábito hereditario por lo que no se transmitirá a usted.
No hay ventajas de tener fumadores como sus antepasados, aparte de servir como un mal ejemplo para usted.
Médicamente, el tabaquismo pasivo es un factor de riesgo para el desarrollo de muchos trastornos pulmonares, que incluyen enfermedades obstructivas o restrictivas crónicas, así como infecciones recurrentes del tracto respiratorio. También aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón dos veces más que la población normal.
Fumar causa daño al ADN y, durante generaciones, el daño del ADN transmitido puede transformarse en cáncer. Pero este riesgo es incuantificable.
Por el momento, debe alentar a sus parientes vivos para que abandonen el hábito o, al menos, no fumen en su presencia.