Es bastante sencillo, en realidad. Cuanto menor es el IC50, más potente es tu molécula.
Por definición, IC50 es la concentración de fármaco a la que se inhibe el 50% de su objetivo. Por lo tanto, cuanto más bajo sea el IC50 de su medicamento, menos necesitará para lograr el efecto deseado, y es menos probable que su medicamento tenga un efecto fuera del objetivo que usted no desea.
Sin embargo, recuerde que la IC50 es una medida farmacocinética: solo se trata de la droga y el objetivo. Lo importante es el efecto fisiológico: lo que IC50 no te dice es si la inhibición estricta de ese objetivo logra el efecto deseado en un organismo.
Entonces, puede pensar que la señalización del receptor X es la clave para detener el cáncer de páncreas. Diseñas tu molécula para inhibir el receptor X y descubres que lo hace a una CI50 de 2.1 nM (esto es muy bueno). Así que sigues adelante y pruebas tu fármaco en modelos animales de cáncer de páncreas, y los sujetos de prueba aún mueren la misma tasa como animales tratados con placebo.
El problema no era la capacidad de su medicamento para detener la señalización del receptor X, sino la función del receptor X en el cáncer de páncreas. O tal vez realmente quería un agonista parcial en lugar de un antagonista para obtener el efecto deseado. Existen múltiples posibilidades, pero la farmacología básica es solo el primer paso para crear un medicamento exitoso.