- Corazón
- Riñón
- Cerebro
- Lo que aquí se refiere es la autorregulación del flujo sanguíneo a estos órganos, en donde el flujo de sangre a un órgano permanece constante a pesar de las variaciones en la presión arterial o la presión de perfusión.
- Tal mecanismo de autorregulación es intrínseco e inherente al órgano afectado y mediado por reflejos locales que uno mediado por los nervios.
- En menor medida, la perfusión esquelética (muscular) y esplácnica (víscera) también se autorregula, pero no en la medida de los lechos vasculares mencionados anteriormente.
- La autorregulación está en su lugar para proporcionar un suministro constante de sangre a los órganos vitales, incluso cuando cae la presión de perfusión, en condiciones adversas. La presión de perfusión es el principal determinante de la cantidad de sangre que obtiene un órgano.
- La autorregulación puede descomponerse en condiciones extremas: presión arterial muy baja, insulto directo al órgano.
- Representación matemática
F = flujo de sangre
Pa-Pv = gradiente de presión arterial-venosa
R = resistencia
- Entonces, cuando el gradiente de presión cae (Pa-Pv), la resistencia (R) aumenta proporcionalmente a la caída para mantener la relación y el flujo sanguíneo (F).
- Esta variación en la resistencia se produce por el cambio en el calibre del vaso, ya sea por vasodilatación o vasoconstricción.
- Este cambio en el calibre de los vasos es provocado por mediadores como NO, metabolitos locales, endotelina, prostaciclinas, tromboxano, etc., que se producen localmente y también son efectivos localmente con poca o ninguna acción sistémica.