Como una respuesta diferente a las posibles respuestas, diría que siempre hemos tenido esta posibilidad.
- Soñando. Cada noche entras en un mundo donde no puedes estar seguro de lo que es real y lo que no. Has ingresado a una realidad alternativa. Pero, dirán, no es consciente. Entra en el sueño lúcido. Con el sueño lúcido estás consciente y no puedes distinguir la diferencia entre tu sueño y la realidad.
- Cuentos. A través de contar historias, los hombres siempre han transportado sus mentes en parte a otra realidad. Las películas de hoy en día son lo más cerca que podemos llegar a mostrar esa nueva realidad. La suspensión de la incredulidad y el trance son formas que usamos para engañar a nuestras propias mentes para que estén en esa realidad. Si nos concentramos lo suficiente, estaremos en un trance hipnótico que eliminará los sentidos del mundo exterior y sentirá que entramos en la nueva realidad. La mayoría de las personas no pueden concentrarse tan duro, sin embargo.
Yo diría que no necesitamos esfuerzos de científicos informáticos y compañías farmacéuticas. Todo lo que necesitamos es esfuerzo de nosotros mismos.