Las bacterias se reproducen rápidamente, pero no olvide que para cambiar muy rápidamente, tiene que haber presión selectiva. Los experimentos de Lenski que produjeron cambios en unas pocas decenas de miles de generaciones, como la capacidad de utilizar citrato como fuente de energía, se produjeron porque las bacterias se cultivan en un medio mínimo (https://en.wikipedia.org/wiki/E …). Es muy diferente de lo que sucede con las bacterias comensales que viven en nuestro intestino; están evolucionando al igual que el resto de los organismos en este planeta, y están exquisitamente adaptados a su ecosistema, que es nuestro cuerpo. Nuestros microbiomas contienen cientos de gérmenes bacterianos, muchas, muchas especies, por lo que no es una cultura aislada. La composición del microbioma puede cambiar muy rápidamente en respuesta a la dieta, pero se debe principalmente a cambios en las proporciones de diferentes especies bacterianas, no debido a cambios evolutivos en la bacteria. Ha habido una publicación reciente en Nature que muestra que la dieta puede alterar la composición del microbioma de manera bastante rápida y estable (la dieta altera rápida y reproduciblemente el intestino humano mi … [Nature. 2014]). El estudio involucró a 10 voluntarios humanos sanos que comieron dietas controladas, una a base de plantas, rica en granos, legumbres, frutas y verduras; y dieta basada en animales (rica en carnes, huevos y quesos). En solo 10 días, sus microbiomas se diferenciaron; el grupo de dieta basada en plantas aumentó la presencia de microorganismos que procesan polisacáridos, mientras que el grupo de dieta basada en animales favoreció a los microorganismos resistentes a la bilis, más aptos para fermentar proteínas. Además, el grupo que comió la dieta basada en animales mostró y aumentó la abundancia y actividad de Bilophila wadsworthia que se ha asociado con la enfermedad inflamatoria intestinal.
Más preocupante en términos de evolución bacteriana es el uso de antibióticos. Los antibióticos cambian radicalmente nuestro microbioma, y estos cambios pueden tener consecuencias duraderas para nuestro propio metabolismo, no solo para el desarrollo potencial de la resistencia a los antibióticos. Si le interesa este tema, le recomiendo el libro reciente de mi colega y amigo, el Dr. Martin Blaser, “Microbios Desaparecidos” (“Microbios Desaparecidos: Cómo los Antibióticos Pueden Hacer Daño”), que aboga por el uso receptivo de los antibióticos.